jueves, 28 de mayo de 2015

¿NOS AYUDAN LAS CREENCIAS A SOBREVIVIR?

Interesante reflexión la que nos trae Michael Shermer a raíz de porque creemos en todo tipo de cosas, sin hacer distinción entre aquellas que nos hacen adaptar adecuadamente al medio en el que vivimos y la que no nos ofrecen nada o incluso entorpecen esa adaptación. 

No creo que las creencias religiosas sean diferentes a cualquier otro tipo de creencias: las actitudes políticas, los compromisos con los partidos políticos o las ideologías económicas, por ejemplo. Estas son todas formas de creencia. Creo que la base de toda esta idea es que somos primates buscando patrones. Conectamos los puntos - A conecta con B que se conecta con C - y, a menudo realmente están conectados, y a eso se le llama aprendizaje asociativo. Todos los animales lo hacen. Es un imperativo biológico; nuevas conexiones sinápticas crecen cuando aprendemos algo.

El problema es que no hay ningún módulo de detección de tonterías en el cerebro que diga: "Eso es un patrón auténtico; eso es un patrón falso" con algún algoritmo consistente que nos ayude a discriminarlos. Tendemos a asumir que todos los patrones son reales y que están imbuidos de acción intencional. Y ahí es donde creo que la creencia en los espíritus y fantasmas y almas y dioses y Dios y teorías de la conspiración y así sucesivamente van colándose.

Esto no quiere decir que no haya depredadores y agentes secretos y conspiraciones ahí fuera. Los hay. Pero, una vez más, sólo tenemos las intuiciones que nos ha dado la evolución. En muchos sentidos, son adaptativas, en términos de formación de creencias - tenemos que formar creencias - y en esa medida, esas adaptaciones siguen siendo vitales para la supervivencia. Pero, por otro lado, hay un montón de tonterías falsas por ahí, y también somos susceptibles de creerlas. Y ahí es donde no son adaptativas.

Es una espada de doble filo. Si nos libráramos de todas las creencias extrañas, lo que significaría, en realidad, es que nos estamos deshaciendo de todas las creencias. Escribí un libro llamado “¿Por qué la gente cree cosas extrañas?”. Bien, ¿por qué la gente cree cosas extrañas? Porque tienen que creer en las cosas, y las cosas raras van con ellas acompañándolas. En ese sentido, siempre voy a tener empleo seguro. Siempre habrá gente que crea en estas cosas.

Ahora mismo pienso en la educación de masas y la era de la ciencia y todo lo que marca la diferencia, en comparación con, por ejemplo, hace 500 años. Las personas son mucho menos supersticiosas de lo que eran entonces. Pero, sin embargo, la gente todavía alberga todo tipo de creencias extrañas y disparatadas. Por ejemplo: el 9/11 fue una conspiración de la administración Bush: volaron estos aviones con dispositivos de control remoto después de que los pasajeros fueran sacados y llevados lejos a Canadá para ser gaseados. Eso es sólo la punta de la parte más ridícula de esa conspiración en particular. ¿Cómo puede alguien creer eso? Pues lo hacen - un montón de gente lo hace. Por eso aún sigue existiendo. Aproximadamente entre un tercio y la mitad de los estadounidenses creen en la astrología y en las cartas del tarot y en psíquicos que pueden hablar con los muertos y en los ovnis y los extraterrestres y en el Bigfoot. Los porcentajes son sorprendentes. Aún así, no es el 90 por ciento. Es mejor de lo que solía ser.

jueves, 7 de mayo de 2015

6 MITOS ENGAÑOSOS EN LA EDUCACIÓN

Evidence Based Teaching es una web que, auspiciada por una iniciativa de diversa gente del mundo científico y académico (entre otros Ben Goldacre, autor del maravilloso libro "Bad Science") pretende poner bajo el método científico una serie de metodologías pedagógicas con el fin de objetivar si en términos de ciencia estas tienen una incidencia o no en el proceso de aprendizaje del alumno en la escuela, y si esta incidencia es positiva o negativa. El tema da para mucho (y sin duda mucha discusión), pero aquí te dejamos un pequeño Top 6 sobre mitos de la Educación (algunos de los cuales realmente son sorprendentes por lo absolutamente asumidos que están entre muchos de los componentes del cuerpo docente). 

El sector de la educación está lleno de mitos y modas que tienen poco o ningún fundamento en la evidencia. Sin embargo, muchos maestros aceptan estos mitos como hechos. Algunos lo hacen por el adoctrinamiento que recibieron durante su formación inicial del profesorado, otros lo hacen porque un asesor o consultor les dijo que era una buena idea. Estos mitos están tan bien atrincherados que usted incluso los encontrará referenciados en algunos sistemas de evaluación.

Aquí hay 6 creencias comunes que la investigación ha demostrado ser mitos.


Mito 1: El grado de docencia ayuda a ser un mejor profesor
Los grados de enseñanza deberían preparar a la gente para enseñar bien y ayudar a los estudiantes a lograr grandes resultados.

Tristemente, el análisis de John Hattie (1) de investigación muestra que este no es el caso.

La importancia del efecto de la formación del profesorado en los resultados posteriores de los estudiantes es insignificante.

John Hattie

El problema es que los grados de enseñanza promueven y difunden teoría. ¿Por qué es un problema?

La primera razón es que la teoría no siempre se cumple con las exigencias prácticas impuestas a un profesor mientras realiza su trabajo. Hay una diferencia entre saber qué hacer y realmente ser capaz de hacerlo - y mucho menos hacerlo bien. `

La segunda razón es que una gran parte de la teoría que se vende en las universidades no está respaldada por pruebas sólidas. Desde la metodología de lenguaje total de mi época al constructivismo de hoy - las teorías no probadas enseñadas por las universidades son a menudo poco más que modas.


Mito 2: Los niños aprenden mejor cuando descubren cosas por su cuenta

La idea de que los niños aprenden mejor cuando descubren cosas por su cuenta está muy arraigada en la mente de la mayoría de los educadores - pero es un mito.

Este mito es promovido en muchos cursos de enseñanza (ver Mito 1), y se ve reforzado por los sistemas educativos cuyo personal fue adoctrinado hace muchos años. Sin embargo, es un mito, ya que se basa en una conjetura (es decir, la idea de alguien acerca de cómo los alumnos aprenden), más que en la evidencia.

La investigación (2) muestra que cuando los maestros enseñan activamente a los niños, tienen 3 veces más efecto sobre los resultados de los estudiantes que cuando tratan de facilitar el aprendizaje.

Si bien queremos que nuestros estudiantes se conviertan en ciudadanos librepensadores e independientes - dejarlos que aprendan de forma independiente no es la manera de hacerlo.


Mito 3: Los niños aprenden más cuando tienen control sobre su aprendizaje

Hay otra creencia popular que no tiene ningún fundamento en la evidencia. Se llama el aprendizaje centrado en el estudiante, y se ha aceptado ciegamente por muchos educadores como una buena idea.

En lugar de tener un profesor que decida lo que los estudiantes aprenderán, los defensores del aprendizaje centrado en el estudiante creen que necesita ser guiado por los intereses de los estudiantes. La idea es que dando a los estudiantes opciones sobre lo que aprenden les ayuda a aprender más efectivamente.

¡No lo hace!

La investigación muestra que dar el control a los estudiantes sobre o la elección de lo que aprender no tiene absolutamente ningún impacto en sus posteriores resultados (4).

Curiosamente, dando a los estudiantes opciones de cosas triviales (por ejemplo, con qué color del bolígrafo pueden escribir) tiene un efecto pequeño pero positivo en los resultados de los estudiantes.


Mito 4: Los niños aprenden mejor cuando usted se adapta a su estilo de aprendizaje

La idea de que las personas prefieren aprender de diferentes maneras está bien aceptada en las escuelas. Según la popular teoría de los estilos de aprendizaje, el aprendizaje de algunos niños es visual, otros prefieren el aprendizaje auditivo y a los kinestésicos les gusta aprender moviéndose.

Intuitivamente, tiene sentido atender a estos diferentes estilos de aprendizaje. Sin embargo, las investigaciones (6) muestran que este no es el caso.

Más bien, los análisis de investigaciones independientes muestran que atender a los estilos de aprendizaje es en el mejor de los casos una pérdida de tiempo, y en el peor, una estrategia que tiene un impacto negativo en el aprendizaje.

Los estilos de aprendizaje tiene tanta base científica como los cristales mágicos que se pueden comprar en la tienda de Rey Arturo en Glastonbury.

Tom Bennett


Mito 5: Hacer repetir a los niños ayuda, pero acelerarlos a un curso superior no

Muchas escuelas, a menudo a petición de los maestros y padres de familia, hacen repetir a los niños que tienen dificultades académicas o que son de desarrollo inmaduro.

Lo hacen con la creencia equivocada de que un año más en el mismo curso ayudará a los estudiantes que luchan por ponerse al día, o que va a dar a los estudiantes de desarrollo inmaduro el tiempo para madurar y un ambiente seguro para adaptarse al ambiente escolar.

Sin embargo, la investigación (7) muestra que la repetición de los estudiantes no ayuda a los niños a ponerse en marcha, a madurar o ajustar su idea de la escuela. De hecho, los estudiantes con dificultades que promocionan al siguiente grado superan a los pares que repiten.

Sería difícil encontrar otra práctica educativa en la que la evidencia es tan inequívocamente negativa.

Ernest House

En el otro extremo del espectro, las escuelas y los maestros también luchan con la cuestión de cómo atender a los estudiantes académicamente superdotados. Uno de los métodos menos utilizados implica acelerarlos a un curso superior.

Irónicamente (dada la ineficacia de hacer repetir a los alumnos), este tipo de promoción funciona y funciona bien (8). Estos estudiantes acelerados superan los logros de sus compañeros no acelerados (es decir, los niños de habilidad similar) por casi un año entero. Además, los estudiantes acelerados tienden a ajustarse tan bien como los estudiantes brillantes que ya están en el grado en el que fueron promocionados.

Y, a pesar de la creencia popular de lo contrario, los estudiantes académicamente superdotados tienen más problemas sociales cuando no son acelerados que cuando lo están.


Mito 6: Las dietas especiales ayudan al comportamiento

Muchos padres y maestros creen que ciertos alimentos llevan a los niños a portarse mal.

Una creencia común es que el azúcar conduce a la hiperactividad y a la posterior mala conducta. Una revisión (9) de 16 estudios de doble ciego, controlados con placebo que investigaron la relación entre el azúcar y la hiperactividad encontraron que no existe tal vínculo.

Más bien, el mal comportamiento de algunos niños puede atribuirse a las expectativas de los padres (o maestro), las expectativas del niño (a muchos niños se les ha dicho que el azúcar los hace hiperactivos), un lugar externalizado de control y la mala crianza.

Otra creencia común es que los aditivos alimentarios provocan mayores niveles de hiperactividad en algunos niños. El metanálisis de John Hattie sobre el tema (10), mostró que hay poca o ninguna relación entre los aditivos alimentarios y cómo los niños se comportan en el aula.


Estas 6 creencias comunes son mitos, ya que no están apoyadas por evidencia científica. 

Como los investigadores continúan su trabajo, surgirán sin duda nuevos puntos de vista. Si usted está enterado de algún metaanálisis independiente sobre cualquiera de estos temas, por favor háganoslo saber.

*N del T: Los números entre paréntesis hacen referencia a los estudios. En la web original se encuentran todos debidamente indexados.